¿Qué piensa el cazador mientras apunta a su presa
inocente?
¿Qué pretende en su maligna intención asesina y perversa?
Derribar impunemente a la vida, excluyendo a la venganza.
Ignorando los derechos del Reino, en descomunal agravio.
¡Qué pretenden con su brutal proceder si no significa
sustento!
¿Acaso llaman deporte, a la maldad soberana, hecha
muerte?
¿Quién arregla sus necias conductas, según su
conveniencia?
¿Cuál pasión hace huellas en su cavernosa entidad humana?
Me gustaría ser duende para ahondar en tan perversa
razón.
Limar en sus conciencias extrayendo hiel de su negra
génesis.
Limpiar los cimientos de ufanos ancestros desde el
comienzo.
El matar por matar es pavoroso y más aun el matar por
placer.
Osadamente incrimino, levanto el índice y apuntando al
cielo...
Acuso a los pérfidos cazadores de vidas, traicioneros del
futuro.
Los condeno a páramos eternos, a consumirse en agrios
flujos.
Prisioneros de tétricos infiernos, dilapidados en su
excremento.
Deniego el perdón, con agravantes, por no asumir sus
culpas.
Deniego el perdón porque se dicen inocentes del peor
agravio.
Y en nombre de Dios, de la naturaleza, del mundo y del
futuro.
¡Qué se cumpla por toda una eternidad!... ¡Qué se
cumpla!...
Autora: Clara Sofía
Santana Miranda. Paraná, Entre Ríos, Argentina.
soficlabib@hotmail.com